domingo, 19 de febrero de 2012

¿Para qué un blog?


Una regla que me auto-impongo desde chica es: si no puedo responder “para qué”, no lo hago (“para que sí” no es considerada respuesta válida… excepto cuando intento auto-engañarme, ahí vale el “para que sí” y la “no-respuesta”, también; pero no es el caso).

¿Para qué un blog? Un blog para plasmar eso que nadie ve, donde nadie me ve; ya que rodeada de gente y miradas el proceso que transforma y exterioriza el pensamiento y/o sentimiento en voz, abrazos, lágrimas, risas, etc. sufre mutaciones y censuras, hasta  convertirse, finalmente, en algo muy diferente a lo que le dio origen. (No soy, ni pretendo ser, original con el motivo del blog, sólo necesitaba encontrarle un sentido).

Lo que no consigo responder (y aquí está la cuestión): ¿para qué quiero extenderme más allá de los 140 caracteres que me concede Twitter, donde soy feliz siendo un efímero tweet, que pasa y se pierde, sin pena ni gloria, en la infinidad del TL? El tiempo va a responder esa pregunta: en forma de miles de caracteres o de abandono del blog. Veremos.

Advertencia: no sé escribir, ni me gusta. Cuento con un vocabulario paupérrimo y conocimientos gramaticales de 2do grado de primaria. Ignoro sobre escritores, escritura y literatura, leí el 0,1% (siendo generosa) de lo que debería o quisiera haber leído. No tengo grandes (¿ninguna?) verdades que revelar, nada de originalidad e interesantes anécdotas, ni una gran imaginación para inventar, o una mirada crítica y observadora de la vida misma. No me gusta adornar un texto, usar adjetivos y palabras horribles que no entiendo (ni sé aplicarlas sin que se lean forzadas)… blah, blah… Resumiendo: ¡NO LEAN!

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